miércoles, 11 de abril de 2012

La segunda trilogía de la fundación parte 3.

Portada de la 1a edición en español.
La tercera novela que cierra la segunda trilogía de la fundación es "El Triunfo de la Fundación" (Foundation's Triumph, 1999) del escritor estadounidense de ciencia ficción David Brin.

Después de las extravagantes y problemáticas ideas expuestas por Benford y después del trabajoso y complicado Bear que a duras penas regresó todo a como estaba, le dejaron a Brin una tabula rasa. Es decir, Hari Seldon ya no es sólo un viejo, ya es un anciano en silla de ruedas y ya no es posible usarlo como personaje de acción como el "007" Seldon de Benford, huyendo de todas las intrigas políticas e intentos de asesinato imaginables, ni es posible usarlo como actor político, vaya, ni siquiera es posible situarlo como aventurero intelectual y académico, esforzándose por terminar obsesivamente los detalles de su psicohistoria.
Ya se han establecido los bandos robóticos (calvinistas vs giskardistas) en una ignota guerra civil robótica, ya se han resuelto los puntos filosóficos principales de los calvinistas (las tres leyes originales, exclusión de la ley Cero, ponerse al servicio de la humanidad) y giskardianos (obediencia a la ley Cero, buscar y fomentar la paz y crecimiento armónico de la humanidad); incluso Bear llego a la conclusión de que R. Daneel Olivaw ya había llegado demasiado lejos en su manipulación del devenir humano y le había hecho prometer que ya no iba a intervenir.

Ya no le dejaron nada al pobre David Brin. Echándole mucha imaginación y poco esfuerzo, logró armar una historia bastante jalada de los pelos, con muchos elementos contemporáneos y fuera del contexto del universo fundacional y hasta con elementos de su propio universo de pupilos elevados.

La historia ocurre después del relato de Greg Bear, es decir, justo en el momento en que termina el relato "Los Psicohistoriadores" de la novela original de la Fundación (quisiera agregar, como curiosidad, que "Los Psicohistoriadores" termina con la línea "Pero yo — y concluyó en un susurro, de modo que Gaal apenas pudo oírle— estoy acabado.", mientras que "El Triunfo de la Fundación" inicia con la frase "En cuanto a mí... estoy acabado."). Hari Seldon ya ha acabado los últimos detalles de la psicohistoria, ya ha organizado a la Fundación y a la secreta Segunda Fundación, ya se ha retirado de las esferas políticas y acaba de terminar las grabaciones de sus video-presentaciones para la Fundación. R. Daneel Olivaw ha instruido a otro robot humaniforme -Kers Kantun- para servir, ayudar y "dirigir" a Hari Seldon en sus últimos días (¿no que se suponía que Daneel ya no iba a intervenr?). En un paseo por los jardínes imperiales, Hari, en su silla de rueda empujado por Kers, conoce a Horis Antic, un burócrata imperial -conocidos como "los grises"- cuyo hobby es la arqueología galáctica (se supone que uno de los factores más fuertes para la decadencia imperial es la falta de curiosidad, creatividad e imaginación de sus integrantes..., bueno, eso decía Asimov, ésta es una historia de Brin) y ha encontrado curiosas correlaciones entre las predicciones de la psicohistoria y la estadística en las características del suelo de los planetas; a partir de ahí ha recogido muestras de suelo que luego investiga son fósiles, en fin, obtiene conclusiones muy interesantes que involucran a la psicohistoria. Hari Seldon ha estado reflexionando en sus últimos años acerca de la limitaciones de la psicohistoria, sobre todo en su incapacidad para predecir mundos renacentistas, mundos donde hay estallidos de creatividad e iniciativas culturales, todo un renacimiento artístico, pero que invariablemente se autodestruyen en un caos social. Viendo su oportunidad de averiguar más y aprender si la psicohistoria es suficiente o hay alguna propuesta mejor, Hari Seldon se embarca en un viaje intergaláctico con Horis Antic y, claro, el sirviente robótico de Seldon, Kers Kantun. Rentan un yate interestelar capitaneado por Biron Maserd, integrante de la dinastía Hinriad, una generación de aristócratas gobernantes que ha descubierto las elucubraciones de Olivaw y se exiliaron en uno de los planetas de la galaxia, fuera del alcance del imperio y de los planes de Olivaw, aunque él los contacta y llegan a un acuerdo: ellos no intervienen en el destino del imperio y R. Daneel Olivaw no interviene en su destino (se supone que un robot no tiene la posibilidad de obedecer o no alguna ley, por lo tanto, estaría obligado a aplicarles la ley Cero, por su bien, protección y bienestar)
Durante el viaje se les van uniendo varios personajes con intenciones y personalidades variopintas:

  • la adolescente Jeni Cuicet cuyos padres han sido reclutados para el proyecto de la Fundación, de la Enciclopedia Galáctica y por lo que se siente desterrada de Trantor, aborda el viaje desde el inicio (como polizonte) simplemente como una forma de aventura antes de irse a Terminus.
  • Zorma y Cloudia, robot humaniforme y humano cyborg respectivamente (¿no que en el universo de la Fundación ni hay robots ni cyborgs ni cosas así como clones? Lo que hace Brin es usar conceptos contemporáneos, pero no muy de acuerdo a lo que hizo Asimov). La robot y la humano representan a la dinastía Hinriad.
  • Sybyl y Mors Planch, habitantes del planeta renacentista Ktilina, planean derrocar al imperio y extender el renacimiento cultura a los otro planetas sin estar conscientes que Ktilina y los demás planetas con estallidos creativos se van a sumir en el caos (bonita idea, Brin).
  • R. Gornon Vlimt, otro robot humaniforme de la facción calvinista, contraria a Olivaw y la ley Cero (¡uy!, en la "Fundación" original no hay robots y ahora salen hasta por debajo de las piedras). Nota acerca de esta trama enredada y telenovelera: originalmente Gornon Vlimt es un humano ayudante de Sybyl, parte de los renacentistas de Ktlinia. Aproximadamente a mitad del viaje, el yate es secuestrado por Kers Kantun y llevado a una estación espacial donde a su vez es atacado y vuelto a secuestrar por robots calvinistas que eliminan a Kers Kantun. Uno de los robots calvinistas asume la identidad de Gornon Vlimt y lo suplanta.
Aparte de sus "invitados", la nave que rentan Seldon y Antic es seguida por una nave tripulada por Lodovik Trema (el robot al que se le borraron las cuatro leyes robóticas y que, ya con libre albedrio, decide estar en la facción calvinista -aunque no en contra de Olivaw, ya está fuera de su equipo) y Dors Venabili (quien aprende horrorizada que la ley cero fue formulada e implantada en los cerebros positrónicos robóticos por otro robot -Giskardi Reventlov- y no por humanos, por lo que decide dejar de seguir las órdenes de R. Daneel Olivaw), aunque no siguan a Seldon por cuestiones ideológicas, sino porque Hari Seldon ya es un anciano a las puertas de la muerte y Dors quiere estar con él cuando eso ocurra; además, Trema lleva en su cerebro positrónico a la simulación Voltire, mientras Dors lleva a la simulación Juana de Arco.
La nave también es seguida por Wanda Seldon, la nieta de Hari y principal organizadora de la Segunda Fundación, simplemente quiere asegurarse que esté bien y regresarlo sano y salvo a Trantor, recordando que su madre y una de sus hermanas se perdieron en el espacio.
Portada de la 1a edición en inglés.
Por si fuera poco, también estan muy estrechamente vigilados por la policía imperial dado que parte de la sentencia de Seldon es que no podría abandonar Trantor; solamente lo podría hacer bajo vigilancia del imperio para su exilio en Terminus, así que -muy discretamente- también lo siguen porque ha violdo su libertad condicional (aunque la policía no aparece en la trama mas que en una breve mención hacia el final de la novela, cuando Zorma y Cloudia dicen que han destruido un par de naves de la policía que los iban siguiendo. Por cierto, Zorma, la robot que no es ni calviniana ni giskardiana y la cyborg Cloudia solamente participan al principio del viaje de Seldon, abordando y escondiendo algunas trampas a su nave y al final de su viaje.

Para Brin no fue suficiente usar personajes de la saga "Fundación", inventar otros nuevos sacados de la manga y contarnos un cuento Deux ex Machina (lo inventó Brin tan sólo para salir del paso, para poder contar una aventura más de Hari Seldon, a pesar de que ya está anciano y débil para tantas emociones, a pesar de que la historia y los personajes ya no tienen NADA que ver con la Fundación original); encima tiene que relatarnos sucesos bastante jalados de los pelos que pasan durante el viaje de Antic y Seldon:
  • encuentran cápsulas abandonadas en el espacio que contienen TODA la historia de la humanidad, pero al final el propio Seldon ordena destruirlas porque van contra el El Plan psicohistórico, según la ideología de la nueva trilogía, el conocimiento del pasado conduce al caos (*suspiro*).
  • Son secuestrados por robots (--resignación,robots por aquí y robots por allá y en la trilogía original ni sus luces) calvinianos, de la secta contraria a R. Daneel Olivaw y su Ley Cero, eliminan a Kers Kantun con un asalto de pans (chimpancés) caza-robots alterados genéticamente (bueno, si el propio David Brin no hace sus propios cameos de los conceptos de su serie "Uplift", nadie lo va a hacer). Brin hace que el robot que los secuestra, R. Gornon Vlimt viole constantemente la primera ley robótica (a pesar de que solamente están en contra de la ley cero): hay una humana (Jeni Cuicet, la polizónte) que desarrolla fiebre cerebral, a pesar de que empeora día con día, Vlimt la secuestra con los demás violando directamente la primera ley: está poniendo en riesgo la vida de un humano a través de su inacción; lleva a los secuestrados a la Tierra a pesar de que es radiactiva, no va a matar a los humanos, pero sí los pone en un riesgo considerable, sobre todo al principal objetivo, Hari Seldon, que ya es viejo y frágil
  • No existen extraterrestres en la galaxia porque cuando la humanidad comenzó a colonizarla, se construyeron enormes máquinas terraformadoras-labradoras que anularon todo lo que fuera extraterrestre para terraformarlo y que fuera habitable por los humanos. Esto es exactamente lo que no quería R. Giskard Reventlov, por eso la facción robótica giskardiana considera que la ignorancia y la amnesia son indispensables en la ley cero, por el "bien" de la humanidad (¿soy solamente yo el que piensa que esto se está poniendo maquiavélico?).
  • Debido a este último punto y en obediencia estricta a la ley cero, R. Daneel Olivaw pone en órbita de cada planeta habitado del imperio artefactos mentálicos para "influir en la mente de los humanos para mantenerlos en la ignorancia y la amnesia, para disminuir la curiosidad y la creatividad y maximizar la tolerancia y el conformismo, todo esto con el fin de lograr una sociedad estable y pacífica. Por cosas como esta es que la dinastía Hinriad estaba en desacuerdo con R. Daneel Olivaw. Nota: ¿no es un poco increíble que Olivaw haya hecho esto desde los albores del imperio (más de diez mil años)?, según la trama, estos dispositivos permanecen ocultos por trucos muy hábiles e ingeniosos, pero... ¿durante más de 10 milenios? Según la trama, la humanidad se mantuvo ignorante y amnésica para que el imperio fuera estable, pero un humano sin libertad de pensamiento no puede considerarse plenamente humano. ¿Los robots consideraron eso antes de hacer lo que hicieron?¿Que iban a hacer a los humanos menos humanos?¿No que su deber es servir a la humanidad?
Y siguiendo sus condicionamientos hollywoodenses, Hari Seldon, sus amiguitos y los robots calvinistas secuestradores llegan a la Tiera donde quieren mandar a Hari Seldon 500 años al futuro solamente para quevea si su plan y la ley Cero realmente son efectivas o si es mejor que predomine el calvinismo (de verdad,solamente para eso cometen el secuestro de la nave, destruyen a R. Kers Kantun y ponen en peligro la vida de Jeni Cuicet). En un Deus ex Machina descarado y cínico, llega a la Tierra R. Daneel Olivaw y su pandilla, se enfrenta a los robots calvinistas (lidereados por R. Gornon Vlimt -que aparte de secuestrador resultó ratero, le roba la identidad al humano Gornon Vlimt, ayudante de Sybyl) y les parte su mandarina en gajos.
Y todo para que al final, Daneel Olivaw pueda ponerse a filosofar con su amigito Hari Seldon y le exponga su plan post-Fundacion de Gaia y Galaxia (trágate ésa Seldon, para que veas cómo Olivaw "deja" de intervenir).

Por cierto, los robots (sobre todo los telepáticos como Daneel) tienen la habilidad de "influenciar" la mente humana y hacer que todos olviden que existen los robots, la Tierra, la ley Cero, los giskardistas, calvinistas, la guerra civil robótica y todo lo que se cuenta en la novela. Y si no son mentalistas, pueden sedarlos e influirlos mediante sugestión hipnótica. Ojalá los fans pudiéramos someternos a ese proceso de amnesia.

La novela no es tan mala, pero léanla bajo su responsabilidad.

Lo que sí esta muy bueno y muy divertido es que al final del libro viene una CRONOLOGÍA DEL UNIVERSO DE LOS ROBOTS Y LA FUNDACION recopilada por Attila Torkos en 1998. Abarca desde 1982 E.C. (Era Común) hasta 1054 E.F. (Era de la Fundación).
En el postfacio, David Brin hace la macabra elucubración de una posible continuación al "Triunfo de la Fundación". Por suerte no ha ocurido, y ojalá ya dejen descansar en paz al buen Dr. A.


Calviniano inge y los giskardianos malditos.
Meshiko-Tenochtitlan  11.4.12
---------------   FIN  DE  TRASMISION  -----------